Carecen de importancia , actualmente , conceptos tan primitivos como los valores o los principios . Para mi es desconcertante ya que en una sociedad en crisis ( material ) algo que no cuesta dinero debería estar omnipresente en nuestras vidas .
Desde hace años se nos educa para el triunfo , hemos de ser competitivos y tenemos que llegar a ostentar cierto grado de poder para sentir que hemos triunfado . El baremo siempre es el prójimo y según sea nuestra situación respecto a nuestro entorno habremos conseguido el éxito o no .
Cuando uno , insólitamente , se sienta al atardecer solitario de un invierno benévolo en un vulgar saliente de cuarzo , mica y feldespato contemplando el no menos vulgar mar mediterráneo y siente en su rostro el iodo salado que viaja como polizón en las suaves ráfagas de aire , refrescantes y sinceras , no puede evitar acordarse de Goethe y su inmortal Fausto .
¿Cuantos han vendido su “alma” por un ascenso ? ¿Cuántos se han sometido , callados y sumisos, a estupideces , horarios y demás abusos ? Pero somos grandes triunfadores con nuestros coches , nuestras casas , nuestra tecnología de última generación … pero tarde o temprano te salpica furtivamente una lágrima del mar , mientras miras sin ver , te quema el frio , duermes el insomnio , el jolgorio de la quietud y la calma del huracán te despiertan súbitamente de esa hipnosis voluntaria en la que estamos inmersos.
Solo con uno mismo , notando la respiración , tomando consciencia del ritmo de nuestra exhalación , sentado en esa roca de granito y disfrutando de la inmensidad del mar , cambiante y en constante movimiento pero manteniendo su esencia , me pregunto sí estaría más cómodo sentado en una trono de oro y diamantes disfrutando de una vista exclusiva para mi …
Al final o al principio es ineludible responderse a uno mismo , el estatus de nuestro entorno es indiferente en cuanto a baremo , todas esas posesiones materiales conseguidas a lo largo de nuestra vida a modo de colección , no parecen distraer a nuestra esencia .
Otrora en ese humilde asiento , respirando una aire universal , con un atardecer abierto a quien quiera , las respuestas que uno se ha de dar no se pueden comprar con grandes sueldos , estatus o propiedades y no seré yo quien explique como sosegar y reconciliar el espíritu .
Hay caminos que solo uno debe explorar , es así como uno puede reconciliarse consigo mismo. O quizá no , puedes continuar huyendo de ti y retrasando esa reunión hasta el fin de tus días .
No hay peor ciego que el que no quiere ver .
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