Citigroup reconoce unas pérdidas cercanas a los 150 millones de dólares, Deutsche Bank habría sufrido un descalabro similar, Barclays solamente decenas de millones, Goldman Sachs estaba posicionado en corto aunque no reconoce públicamente pérdida alguna. Operadores del mercado de divisas han sido arrasados, con pérdidas millonarios que no pueden sufragar, como es el caso de FXCM ( el mayor operador minorista en EEUU ) que se dejó unos 200 millones de € y sus títulos cayeron un 90 % en la bolsa. La anglosajona Alpari o la neozelandesa Excel se han declarado insolventes.
Hace unos pocos años, cuando la crisis de la deuda soberana amenazaba severamente el Euro y más concretamente los países periféricos, el SNB ( Swiss National Bank ) adoptó una medida poco corriente y excepcional. En aquella época existía una gran fuga de capitales en euros buscando mayor seguridad en otras divisas, concretamente en francos suizos. Los grandes inversores e importantes fortunas europeas buscaban la siempre segura y estable Suiza para salvaguardar su capital.
Esta gran demanda de francos suizos en detrimento de euros suponía una apreciación de la divisa helvética, poniendo en riesgo la marcha de su economía al encarecerse sus exportaciones o perjudicar el turismo por resultar demasiado caro. En ese escenario el Banco de Suiza decidió anclar el tipo de cambio a 1,20 CHF/EUR, es decir, 1,20 francos suizos equivalían a 1 euro, realizando las intervenciones necesarias en el mercado para evitar que el franco suizo pudiese fortalecerse respecto al euro ( bajar de 1,20 ).
Normalmente no está bien visto que un país adopte medidas intervencionistas tan evidentes y que perjudican inevitablemente a otros países, la doctrina neoliberal imperante aboga por que sean los propios mercados los que se autorregulen sin intervenciones externas. En este caso se da la circunstancia que el SNB además de ser una institución estatal que decide el tipo de cambio e interés, es uno de los agentes más activos del mercado en lo que se refiere a la compra de euros.
Para anclar el cambio a un precio determinado, como hizo en su momento el SNB, es necesario intervenir constantemente en el mercado de divisas. Si existe mucha demanda de francos suizos, lo que empuja su precio al alza, el SNB se dedica a comprar euros ( vendiendo francos suizos ) hasta alcanzar el precio objetivo. Lo que en realidad supone esta intervención constante es una devaluación de su divisa porque le ofrece una serie de ventajas competitivas en su industria.
El jueves de esta semana pasada el SNB dejó que su divisa fluctuase respecto al euro sin intervenir , eliminó el anclaje y sobrevino un terremoto en el mercado de divisas. Pocos días antes el gobernador del Banco de Suiza había confirmado la convicción de la institución en su política monetaria vinculada al cambio fijo respecto al euro, algo que ha supuesto que muchos agentes del mercado manifiesten su desconfianza futura ante las afirmaciones de los dirigentes de los bancos centrales.
El cambio del franco suizo en esa jornada pasó del ya conocido 1,20 a situarse a 0,99, lo que supone una apreciación del 17,5 % en un día respecto al euro. Unos cuantos ciudadanos patriotas de nuestro país que no suelen ser investigados por la unidad de grandes contribuyentes de Hacienda, ya que sus inspectores están infectados por una extraña enfermedad llamada dimisión, han visto como en un día sus saldos de las cuentas han aumentado un 17,5 %, suponiendo que alguno de ellos hubiese acudido a la amnistía fiscal que el PP les facilitó, tributando al 10 % en el mejor de los casos, aun tendrían beneficios del 7,5 %. Mientras aquí los depósitos están por debajo del 1 % y no hay quién tribute a un tipo tan generoso como el que se propuso a los evasores fiscales.
La actuación del SNB ha supuesto para el propio banco Suizo unas pérdidas contables de magnitudes considerables, cercanas a los 60.000 millones de euros ( 10 % de su PIB ). Además ha impuesto un tipo de interés negativo del 0,75 % en los depósitos, esto hace referencia a bancos y grandes inversores que tienen cuenta en el SNB, intentando espantar flujos de capital para favorecer una devaluación de su moneda. Habría que resaltar que la curva de interés del bono suizo hasta los 12 años está actualmente en tipos negativos, algo que resulta insólito.
Cabe suponer que la medida del SNB viene condicionada por la reunión del BCE que tendrá lugar el día 22 y que debería anunciar el QE a la alemana que se llevará a cabo por los propios bancos centrales de los países, en lugar del BCE, para no mezclar deuda de los PIIGS con la de los países del norte de Europa.
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