El 27 de julio de 2012 se publicaba que BBVA mantendría la marca Unnim, concretamente en uno de los diarios económicos de más tirada del país. “Según ha informado BBVA, "se mantendrá la marca Unnim", lo que significa que en Cataluña "se operará desde el primer día con las dos marcas". "BBVA refuerza su compromiso con Cataluña, apoyando a una de sus entidades de referencia y con un fuerte arraigo social", ha señalado Jaime Sáenz de Tejada, director de BBVA en España y Portugal.
Esta semana diferentes medios han informado, y en su edición escrita el mismo medio que publicó la noticia anterior en 2012, que BBVA mantendrá la marca CatalunyaCaixa ; por lo menos a corto plazo.
En mayo de 2013 la marca Unnim desapareció definitivamente, 10 meses después de haberse publicado que se mantendría, el fuerte arraigo social mencionado por el Sr. Jaime Sáenz de Tejada no fue suficiente para la supervivencia .
Es de suponer que BBVA todavía no ha tomado una decisión definitiva al respecto ya que todavía necesita efectuar un análisis profundo sobre la conveniencia de las diferentes opciones existentes. Se han encargado informes sobre el impacto que supondría el mantenimiento o cambio de la marca.
Por otra parte se alude al arraigo y reconocimiento que tiene la marca CatalunyaCaixa a diferencia de la que tenía Unnim, en realidad ambos nombres nacen tras las correspondientes fusiones que se efectuaron hace unos pocos años, si bien es cierto que el nombre CatalunyaCaixa resulta más fácil de asociar al de Caixa Catalunya, que correspondía a la entidad de mayor tamaño en la fusión y que fue fundada en 1.926.
En cualquier caso, a efectos prácticos, el hecho que existan dos marcas diferentes beneficia a la clientela. Por un lado existen más entidades, lo que supone mayor competencia y también se respetaría la garantía del FGD ( Fondo de Garantía de Depósitos ) de forma independiente, los famosos 100.000 € por NIF y entidad que el Estado garantiza a todos los clientes con depósitos y cuentas corrientes. El FGD cerró el 2013 con un patrimonio negativo de 1.637 millones de €, es decir con 389 millones de € de pérdidas más que en 2012, y sin posibilidad contable real de garantizar ni una sola cuenta, pero a la gente le tranquiliza pensar que su dinero está garantizado por un patrimonio negativo.
En cuanto al coste social no está muy claro que puede resultar más beneficioso. Aparentemente se puede pensar que la reducción de personal debería ser menor ya que las entidades funcionarían independientemente y el solapamiento de oficinas no supondría el cierre de estas. Pero estamos hablando de una entidad que ha recibido ayudas estatales, otra de las infinitas promesas incumplidas de Rajoy durante su campaña electoral, y como tal se ha de someter a las reducciones que impone Bruselas para no perjudicar la competencia.
De hecho el BBVA tuvo que presentar a la Comisión Europea unas propuestas determinadas que incluían esta restructuración para que se aprobase su compra. A fecha de hoy, la CE no ha publicado la versión no confidencial del acuerdo. En la última operación de similares características, NCG Banco, se impuso una plantilla máxima en función de la relación existente entre el margen bruto y el coste de personal ( no pudiendo exceder el 40 % ). En este sentido la dirección de BBVA tomará los datos del primer trimestre de 2015 para efectuar las correspondientes valoraciones.
Si la marca se mantiene independiente, lógicamente la reestructuración deberá efectuarse íntegramente en CX, si se integra a BBVA se podría extender entre todos los empleados del grupo. En este sentido BBVA intentará que la reducción de plantilla sea lo menos traumática posible, a través de prejubilaciones y bajas voluntarias preferentemente.
En definitiva, el diario que ha publicado la noticia, al igual que hizo en su momento con Unnim, reprodujo las declaraciones de directivos de BBVA. Ya se sabe que un mes se considera largo plazo, así que resulta muy aventurado anunciar una decisión que en realidad no se ha tomado todavía. La lógica de los números determinará qué es lo más rentable para los “blues”, lo que implicará una fuerte presión para la plantilla de CX por el temor de los cargos directivos e intermedios, de hecho ni el mantener la marca, con números óptimos, garantiza sus actuales sillones.
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