Funding Cercle, Kreditech, Atom, Klarna, Ourcrowd, Adyen, Wealthfront…etc, son algunas de las empresas más conocidas del sector fintech, término que hace referencia a las empresas que ofrecen productos y/o servicios financieros aprovechando las mejoras tecnológicas.
Cada vez resulta más evidente que el sector financiero va a sufrir cambios notables en su funcionamiento, ya que muchos servicios que hasta no hace mucho eran monopolio de los bancos están empezando a dejar de serlo ( financiación, medios de pago, servicios de inversión, trading… etc ).
En un escenario en que los tipos de interés rondan el 0 % y penalizan a la banca con tipos negativos en la facilidad de depósito del BCE, con la perspectiva que el próximo 10 de marzo empeoren más las condiciones, resulta más complicado para los bancos obtener rentabilidad.
Eso sin tener en cuenta los misteriosos activos que conforman los balances de los bancos y que en cualquier momento pueden provocar un terremoto, como recientemente pasó con un conocido banco alemán que es el que más exposición tiene a nivel mundial a derivados financieros, solamente unas 20 veces el PIB de Alemania, y que seguramente será contraparte de casi todos los bancos del planeta. De momento los CDS ( Credit Default Swap ) de los top European Banks se han relajado un poco, aunque en el pódium tenemos 2 españoles a fecha 1 de marzo.
Otro problema para la banca es el de ocho millones de españoles, aproximadamente, que han sido bautizados como “millennials”. Este término hace referencia a la generación comprendida a los nacidos entre 1980 y 1995 y que son “ nativos digitales “, y que se supone que en la actualidad y en los años venideros ostentarán cargos de responsabilidad en ámbitos profesionales.
Los “millennials” , al parecer, prefieren efectuar sus gestiones y contrataciones por internet, evitando desplazamientos innecesarios y contrastando las mejores opciones/ofertas por medio de aplicaciones y/o la influencia de su círculo social ( redes sociales ). Esto también empuja a la banca tradicional a ofrecer mejores canales a través de la tecnología, lo que han convenido bautizar como digitalización.
La digitalización pretende ofrecer los mismos servicios bancarios pero a través de los diferentes dispositivos que existen ( móvil, Tablet, ordenador… ), ya que se prevé que esta tendencia que ya han integrado los millennials será la que predominará en el futuro.
Esto supone un cambio importante en la banca tradicional, por un lado se reducirá la estructura necesaria para desempañar la actividad, lo que se traduce en una reducción de la red de oficinas, departamentos y personal en general. Por otra parte será necesario un cambio importante ante el nuevo know-how de las fintech, respecto a unos bancos con estructuras muy jerarquizadas con dirigentes alejados de esta nueva realidad.
Las fintech ofrecen ideas y modelos que son innovadores respecto a la banca, Kreditech, por ejemplo, ofrece financiación a clientes con un modelo de evaluación de riesgo ( scoring ) muy innovador, su algoritmo investiga la información en las redes sociales, sus círculos de amistad, sus hábitos de compra...etc, algo que parece muy alejado del concepto de solvencia de la banca tradicional.
Los “robo advisors” , un curioso nombre para los “asesores financieros online”, con empresas como Wealthfront o Betterment, ofrecen asesoramiento para invertir en ETF’s ( fondos de inversión cotizados ). Los Exchange Traded Funds permiten comprar o vender al momento ( cómo ocurre con las acciones ) a diferencia de los fondos de inversión que deben esperar al cierre del mercado para calcular el valor liquidativo. Los robo-advisor son algoritmos que realizan las inversiones después de realizar un cuestionario que determina el riesgo que se desea asumir y que aplican comisiones muy inferiores a las de la banca. Otra cuestión más discutible es quién consigue mejores rentabilidades, si el robo- advisor o el robo- comercial que asesora en persona.
Recientemente BBVA se hizo con el 30 % de Atom, una fintech de Reino Unido que ofrece crédito exclusivamente por internet. Algunos ven en esta operación una inversión en aprendizaje más que una búsqueda de beneficios económicos.
El camino hacia un modelo diferente ha comenzado, parece que se ha impuesto el modelo ING. En general todo se reduce a reducir costes al máximo, a veces esto supone deslocalizar empresas y explotar a personas en países que lo permiten e incentivan, y otras cambiar capital humano por tecnología. Parece que los consumidores solo exigen un precio menor sin reparar en que eso es su autodestrucción.
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