Hace una semana la Audiencia Nacional admitió a trámite el recurso que interpuso la CUP ( Candidatura d’Unitat Popular ) por la adjudicación de Catalunya Banc a BBVA en la tercera subasta de la entidad.
El argumento que esgrime el denunciante es que la adjudicación no defiende el interés general ya que no se recupera ni el 10 % del importe que los contribuyentes han tenido que destinar a su rescate, es decir, al FROB le parece razonable adjudicar una entidad que ha recibido más de 12.000 millones de € por un valor máximo de 1.187 millones de € que podría alcanzar la oferta del BBVA.
Los motivos por los que el Estado acepta perder 11.000 millones de € en la operación han sido ampliamente comentados, aunque se reducirían a que se ha rescatado a los depositantes y no al banco y por eso se supone que el FROB ha actuado defendiendo el interés general.
Esa misma semana se publicó en los medios que ING ( los dela cuenta naranja ) había completado la devolución del préstamo que el Estado holandés les otorgó tras la caída de Lehman Brothers. En 2008 el Estado le prestó 10.000 millones de € que ha recuperado con intereses, ING finalmente ha saldado su deuda tras desembolsar unos 13.500 millones de €. Sorprendentemente parece que hay ayudas a la banca que se pueden recuperar e incluso rentabilizar.
El caso de CatalunyaCaixa es similar en cuanto a pérdidas al de NCG con su adjudicación, dinero a fondo perdido que una vez sanea el balance de la entidad es adjudicado a otro banco para que pueda rentabilizar los beneficios futuros, perdiendo el Estado miles de millones que todos deberemos pagar de nuestros impuestos a Europa.
Aunque resulta altamente improbable que la AN anule la adjudicación de CX a BBVA, no parece menos razonable que el rescate a la banca en nuestro país ha sido una transferencia del dinero de todos en favor de grandes grupos bancarios, concentrando el mercado en unos pocos bancos cada vez más grandes y sistémicos. Siempre con la coartada de que no había otra alternativa.
En el comunicado de la CUP se hace referencia a que el montante final que el BBVA puede desembolsar por la compra de CX podría ser de 585 millones de €, ya que el FROB asume las resoluciones judiciales de diferentes riesgos. Sería importante recordar que para poner en marcha la tercera subasta de la entidad se tuvo que efectuar la venta de una cartera de créditos ( cartera Hércules ) que ascendía a 6.392 millones de € .
Esta operación de venta supuso un nuevo desembolso del FROB por importe de 572 millones de €. CatalunyaCaixa había provisionado 2.205 millones de € y tenía contabilizado en su balance esta cartera por un valor de 4.187 millones de €, pero el valor de mercado que obtuvo en su venta fue de unos 3.600 millones de €. Lo más surrealista de la operación, que nuevamente supone aportar dinero público, es que la entidad presentó beneficios a 30 de junio que obviamente no se minoran del importe pagado por el FROB.
Si nos ponemos en el peor escenario, es decir BBVA solo paga 585 millones de €, pero para conseguir esta suma hemos tenido que desembolsar 572 millones de €, no parece que la venta haya sido muy provechosa. Además para la subasta, según el comunicado de la CUP, prestaron sus servicios N+1 Corporate Finance , Ernst & Young, Baker & Mckenzie, Mckinsey y Nomura, aunque no ha trascendido el montante que ha supuesto este elenco de consultoras para nuestros bolsillos.
Para acabar de rematarlo, el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya falló en contra de CX en el contencioso que mantiene con los dos ex dirigentes que gobernaron con tanto acierto la entidad desde el 2008. Aunque el FROB recurrirá al Supremo parece que volarán 1,2 millones de € en concepto de indemnización a Adolf Todó y Jaume Masana por despido improcedente.
Parece que el fresh banking es más rentable que la banca km 0 ( y sin contar los créditos fiscales ), aunque quizá tenga más que ver con los gobernantes de ambos países y el concepto de administrar el erario público.
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