La crisis que nos azota desde hace tiempo es mucho más profunda que una mera crisis económica , la realidad es que es una crisis de valores .
Desde que se instaló el neoliberalismo , imponiendo la desregulación para que los mercados funcionasen a su libre albedrío , se nos condenó a la supuesta buena práctica de los mismos .Y la realidad ha sido lo que era fácilmente deducible , el hombre es un lobo para el hombre .
Se acabó el “ win to win “ y se ha impuesto la maximización de beneficios a toda costa , así nacen , entre otras muchas cosas , los CDO ( Collateralized Debt Obligation ).
Hubo una época en que los bancos cuando concedían un préstamo asumían el riesgo de un posible impago , para ello requerían de personal cualificado que supiese evaluar correctamente los diferentes parámetros para minorar el riesgo , básicamente esto se traducía en la capacidad de endeudamiento del solicitante . Entre este tipo de análisis y el conocimiento del cliente se aprobaba o denegaba el riesgo ( préstamo ).
Durante muchos años las entidades de crédito utilizaron los préstamos hipotecarios para emitir unos títulos llamados cédulas hipotecarias , se escogían préstamos hipotecarios de máxima solvencia para ofrecer a los clientes estos valores con remuneraciones superiores a los depósitos bancarios , aun se pensaba en el cliente como en alguien importante con el que se quería establecer una relación a largo plazo , pero todo evoluciona .
Con los años y la insaciable avaricia de los banqueros se desarrollo un concepto revolucionario, hacer porciones ( como un queso ) del préstamo y vendérselas a inversores . La ventaja para el banco es clara , por un lado recupera el montante del préstamo concedido antes de su vencimiento y por otro el riesgo de impago se reparte entre los diferentes compradores . Así, la ingeniería financiera diseña un instrumento complejo que las agencias de calificación no pueden valorar correctamente .
Vamos a tomar un préstamos de máxima solvencia , varios normales y bastantes infumables , hacemos porciones de todos ( por ejemplo 8 partes ) y creamos un nuevo título compuesto de 1/8 de máxima solvencia , 2/8 normales y el resto ( 5/8 ) porquería , de esta manera conseguimos que nuestros títulos tengan mejor calificación que si únicamente empaquetase 8/8 de infumables . Si ya es bastante complicado dictaminar un préstamo bueno de uno normal para la propia entidad que concede el préstamo , no digamos para un tercero ( agencias de calificación ) que además vive de nosotros .
Cuando uno concede una hipoteca a 30 años o más , es casi imposible predecir la situación a futuro de los deudores . Así que querer valorar algo que dura 30 años en función de las situación puntual de un año o dos es casi imposible .
Una vez hemos construido nuestras 8 porciones de diferentes quesos , obtenemos un queso nuevo y maravilloso llamado CDO y que se lo endosaremos a algún inversor ávido de rentabilidad . Pero como además nosotros sabemos cómo hemos elaborado el queso y tenemos mucha hambre de beneficios vamos a ir en contra de nuestros clientes .
Por un lado explicamos que nuestro lácteo es lo mejor del mundo y se lo vendemos a todos nuestros clientes , por detrás a través de un fondo de inversión apostamos con otra maravilla llamada CDS ( Credit Default Swap ) a que los CDO se van a hundir y ganamos por las dos partes .
Para qué el “ win to win “ , si puedo hacer “ I win all “ , luego hay que dormir y algunos tienen que tomar pastillas.
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