Ayer Intermon Oxfam publicó un artículo sobre la cada vez mayor desigualdad entre ricos y pobres, el famoso 1 % cada vez se distancia más del 99 % restante. El selecto grupo ha aumentado sus ingresos un 60 % desde los años 90 y con la crisis esta tendencia se ha acelerado.
De hecho, no es necesario ni referirse al 1 % , solo las 100 personas más ricas del planeta han tenido unos ingresos durante 2012 que permitirían acabar cuatro veces con la pobreza mundial. La cifra de este centenar de personas asciende a 240.000 millones de dólares de ingresos netos durante el pasado año, la organización Oxfam advierte que la riqueza y los ingresos extremos no son éticos , además de ineficientes y por supuesto políticamente corrosivos.
José María Vera, director general de Intermon Oxfam, afirma que “La concentración de recursos en las manos del 1% más rico debilita la actividad económica y hace la vida más difícil para el resto – particularmente para los más vulnerables y los más pobres.” Algo que ya ha sido largamente repetido, ya en 2010 Susan George en su libro “ Sus crisis nuestras soluciones”, se hacía eco de la desigualdad existente y del aumento de esta entre el selecto club del 1 % y el resto.
En realidad, desde que estalló la crisis financiera iniciada con la quiebra de Lehman y las subprimes, las cosas solo han empeorado. Las medidas que se tenían que adoptar para controlar el deleznable papel que habían protagonizado los banqueros llevando a todo el sistema financiero a la quiebra han quedado en nada. El riesgo sistémico que comportaba tener bancos demasiado grandes ( los “too big to fail” ), ha supuesto precisamente hacerlos más grandes, en EEUU y aquí mismo.
El famoso riesgo moral que comportaba salvar con dinero público entidades privadas ha dejado de existir, se han transferido miles de millones públicos a entidades privadas y nadie parece recordar el dilema “moral” que suponía hacerlo. Se iba a legislar para acabar con los paraísos fiscales y en 2012 albergan, solamente, la tercera parte de la riqueza mundial, obviamente sin contribuir a través de los impuestos en la sociedad.
Los mandatarios y agentes, públicos y privados, que generaron la crisis continúan en el poder y los políticos se dedicaron a lanzar proclamas de medidas para regular y controlar a los poderes económicos que nos gobiernan, el resultado es que todavía se enriquecen más.
Sobre nuestro país y las medidas impuestas de austeridad, el escenario a futuro también es que la brecha entre ricos y pobres se amplíe. Además de los niveles de corrupción existentes en España, destaca el cinismo y el descaro con el que se realiza. Vanas palabras que intentan transmitir que se hará justicia, cuando el orador es parte activa de todo el tinglado, a veces simplemente por permitirlo mirando hacia otro lado, no existe ninguna credibilidad y solo el atontamiento generalizado en el que instamos instalados permite que la revuelta social no haya comenzado.
Que nadie se engañe, las cosas además de poder ser de otra forma deben serlo y los mensajes constantes de políticos y medios de comunicación de que no existe alternativa son “ tajantemente “ falsos. No me consta que alguien que ha mentido repetidamente en todo su programa electoral, incumpliéndolo hasta el extremo, pueda pretender que se le crea cuando niega cualquier circunstancia, la confianza y la credibilidad hay que ganársela.
Fuentes: www.intermonoxfam.org
Buenas noches Hipo.
ResponderEliminarTu artículo, deja temblando el ánimo y nos colisiona con una realidad que no por conocida de antemano, es más llevadera.
La sensación de vergüenza y de impotencia galopan paralelas y vierten una pregunta ¿Hasta cuándo? Es axfisiante esta reflexión, si la haces de manera responsable, porque tiene respuestas que implican tantos cambios de actitud que deberían ser naturales y requeridos por todos. Y quien más, quien menos, callamos y seguimos sin hacer mucho más que dar una patada en el suelo y agachar la cabeza.
La situación que vivimos, gracias a los desmanes y la avaricia de muchos, atora el corazón. Tres de cada 10 niños (el 30%) en este país viven por debajo del umbral de la pobreza. En palabras llanas, tres de cada 10 niños, al menos, viven muy por debajo de lo que se estima normal, es decir, adecuado y necesario para su correcto desarrollo físico e intelectual. Hace unos días leía en Unicef esto: El papel de la infancia y sus derechos debería integrarse en toda reflexión sobre cómo y que “queremos ser de mayores” como país.
No me cabe duda que esta situación que acompaña a la crisis, y me refiero a la epopéyica y no consensuada salvación de algunos bancos, por parte de los ciudadanos de a pie de este país, que se materializa en forma de impuestos que encarecerán lo necesario e imprescindible para vivir, dejara un códice en la piel de todos, pero sin duda, este, será más profundo y visible en los niños. Y también me refiero a ese abotargamiento social ante la corrupción que ha hecho tan ricos a unos cuantos, pero no para ayudar a quienes tenían menos.
Me pregunto cuántos hogares se hubieran salvado del desahucio con los 42.500 M de Bruselas. O cuántos niños dejarían de estar por debajo de ese umbral de pobreza, con los ¿10? Millones amnistiados de Bárcenas.
Pero la pregunta más sangrante que me hago, es ¿Qué forma tendrán en un futuro próximo, las cicatrices que esta situación, unida a la crisis, está dejando en nuestra sociedad y sobre todo en los niños? ¿Habrá perdón para la clase política? ¿Y para los bancos y sus “gestores”? ¿Habrá perdón para quien consiente y comparte este camino decrepito de insolidaridad y de apatía ante el sufrimiento de tantos y el regocijo de tan pocos?
Las respuestas me aterrorizan.
Hola Maria,
EliminarDesde luego das en en el clavo, nos hemos acostumbrado a vivir sabiendo que otros no lo pueden hacer, de vez en cuando nos acordamos o lo acabamos viviendo directa o indirectamente.
Nuestra sociedad, basada en la competencia, obliga a que nuestra victoria sea la derrota de otros. De hecho, el modelo educativo incentiva el egoísmo, básicamente porque los estudios del comportamiento humano desde esta perspectiva permiten teorizar, incluso predecir nuestra conducta.
La teoría de juegos, las ecuaciones de Nash y el desarrollo posterior en muchos ámbitos de nuestra sociedad, necesitan imperiosamente un conducta egoísta para que se cumplan las predicciones.
Por eso no hay nada más peligroso e impredecible en la sociedad actual que una persona con cierto poder y altruista, siempre es el enemigo a batir.
Gracias por tu aportación.