domingo, 24 de febrero de 2013

Decadencia absoluta

Lo que estamos viviendo en estos últimos tiempos es un claro síntoma de la decadencia de nuestro sistema político, económico y social. Aunque la justicia debería impartirse y poner a cada cual en su lugar, ya casi resulta irrelevante. Existen tantas cosas inadmisibles e inaceptables moralmente que nuestros representantes e instituciones han perdido toda credibilidad, independientemente de si existe un proceso judicial o no.

Rajoy, en el debate del estado de la nación, tuvo la desfachatez de afirmar que el único partido que tenía una condena respecto a la financiación ilegal era el PSOE. Cuando ha sido manifiestamente demostrado que el PP actúo de igual forma, la diferencia es que la sentencia no pudo hacerse firme por otros motivos, al igual que en la trama Gurtel el único perjudicado ha sido el juez que descubrió el pastel. El hecho que los populares manejen mejor los subterfugios legales y tengan menos contemplaciones a la hora de utilizar todo su poder no les exime de la culpabilidad, solamente pueden evitar la condena ante unos hechos probados.

La casa real ( en minúsculas ) es otro claro ejemplo de la penosa situación moral del país, seguramente será imposible impartir justicia como se debería, demasiados intereses cruzados y mucho poder, pero es inadmisible que cuando se tuvo conocimiento de las actividades supuestamente ilícitas de Urdangarin, se le conminase a irse del país como alto directivo de una compañía cementerio de políticos y personajes obsoletos que tuvieron poder, en lugar de acudir a la vía judicial, ejemplarizando como correspondería.

En el mismo cementerio se ha refugiado otro de los grandes inmorales del país, le es indiferente carecer de las aptitudes necesarias para dirigir un monstruo construido por el PP con el beneplácito del PSOE, un salario estratosférico mientras la empresa que dirigía abocaba a todo el país al rescate, algo que ha supuesto la pérdida de autonomía y la aceptación de medidas que difícilmente un país democrático puede asumir, solo la represión policial , la censura y la manipulación informativa permiten el milagro, y aun así no parece que tengan controlado el problema.

Lo de Bárcenas es simplemente espectacular, qué más da que no se pueda probar si recibieron los sobres en B, desde 2009 cuando se destapa el caso Gurtel, el PP emplea todos sus esfuerzos en que no se esclarezca la verdad, únicamente utiliza medidas legales que ralentizan el proceso judicial al máximo y consiguen centrar la atención en el juez. ¿ Qué clase de partido democrático actúa así ?, por desgracia casi todos. Lo normal es que los propios mandatarios del partido quisiesen limpiar su partido de semejantes especímenes, pero hasta hace muy poco Bárcenas seguía cobrando del PP, al igual que Sepúlveda.

La evidencia es tan grande que para defender lo imposible han tenido que recurrir primero a la mentira y luego al silencio, estos son los que defienden nuestros intereses y administran el erario público. No hablar, atacar cualquier otro frente para distraer la atención y continuar con sus miserables vidas, tan habituadas al engaño que no son capaces de mostrar un mínimo de dignidad, pedir perdón y dimitir, intentar redimirse y esperar que el tiempo les dé una segunda oportunidad.

Por desgracia esto sucede en todas partes, en mayor o menor medida, con todos los partidos que han estado gobernando y cuanto más tiempo peor. Obviamente los partidos estatales manejan mayor presupuesto y poder, por tanto también las cantidades y los medios que utilizan a su favor son mayores, pero el concepto de actuar ilícitamente es el mismo y culpabiliza a todos por igual. La semilla está demasiado extendida y no conciben otra forma de gobernar, de hecho parece su premio y leitmotiv.

Las escuchas de Método 3, algo inadmisible. ¿Pero que hacía Alicia Sánchez Camacho con la ex del primogénito del ex presidente Pujol?, al parecer Moragas le conminó a la entrevista ya que la conocía personalmente. Es decir, lo más leve que cabría suponer es trato de favor para conseguir algún puesto de trabajo sufragado por el PPC. Resulta injustificable que la líder del PP catalán no denunciase ante la justicia la supuesta información que se le facilitó, pero sobre esto no hay que pronunciarse ya que la grabación no debió de haber existido, sin embargo moralmente su actitud, micrófonos aparte, es deleznable.

Esto es lo que tenemos y además conforman una tupida red que hace casi imposible su destrucción, se cubren entre ellos, utilizan su influencia sobre los medios de comunicación y además controlan la judicatura y las fuerzas de seguridad del Estado, un Estado de derecho inexistente.



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