La transparencia que proclamó Rajoy en su comparecencia televisiva ante los escándalos de corrupción que devoran al Partido Popular y al Gobierno, sin periodistas para demostrar el talante democrático que caracteriza al Ejecutivo, se reducen al anuncio de mostrar su declaración de renta y patrimonio. Cabe suponer, aunque muchas luces no posee, que presentará la declaración oficial y no la “B-erdadera”.
Gracias al apoyo de millones de ciudadanos, con gran criterio, el Partido Popular gozó en las elecciones de una holgada mayoría absoluta que le permite gobernar sin detenerse en consensos. Los decretazos han sido una muestra más de lo demócratas que son cuando a ellos les corresponde la toma de decisiones.
En sus primeros días en el poder y con una clara prioridad por solucionar la extrema crisis económica que asolaba y asola nuestro país, decidieron fulminar la cúpula policial que entre otros casos investigaba la trama Gurtel. Además, para no dejar cabos sueltos, hizo lo propio con los inspectores de hacienda que se obstinaban en encontrar irregularidades y delitos diversos en dicha trama Gurtel.
Pero Rajoy, ya explicó que se ganaba muy bien la vida anteriormente a su entrada en política, no es una de sus prioridades el dinero, según declaró. Por eso es uno de los 63 querellados por cobrar dietas ( 1.823 €/mes ) por el concepto de “ayuda al alojamiento”, teniendo vivienda en Madrid aparte de tener su residencia en la Moncloa. Efectivamente perdió dinero A con su paso al sector público, pero ganó tantas pequeñas cosas intangibles que sus desinteresados amigos le proporcionan “B-analmente”, que no puede evitar sentirse complacido.
Con todo, ofendido porque alguien pueda dudar de su honradez y en aras de que la verdad trascienda, se dedicará a demandar a cualquiera que insinúe que existió financiación ilegal en su partido o cobros irregulares. Además, haciendo uso de esa bien depositada mayoría absoluta, han vetado cualquier comparecencia del Presidente ante el Congreso o la creación de una Comisión de Investigación para esclarecer algo innecesario, ya que como es obvio reina la transparencia.
Tampoco sorprende esta actitud tan noble de no perder el tiempo en temas tan intrascendentes y que la población considera superfluos, ya con Rato y MAFO y el escándalo Bankia actuó de la misma forma.
Tampoco inquieta lo más mínimo que el juez solicite a Hacienda las declaraciones de los imputados en el caso Gurtel, temiendo que también se hayan beneficiado de la amnistía fiscal pro-amigos de la calle Génova. De hecho, si el juez empieza a ser molesto se profundizará en toda su actuación por si existe algún detalle que provoque un desenlace similar al del juez Garzón.
Los que prevarican, realizan cohecho y demás futilidades son todos aquellos que osan cuestionar el buen nombre de estos gobernantes, respaldados por millones de españoles que confían en ellos y comparten los mismos ideales.
Fuentes: www.publico.es
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