Barclays está a punto de ejecutar mediante subasta, el 13 de junio si no se remedia, la hipoteca de una persona que se encuentra al corriente de pago. La noticia que es publicada por diferentes medios resulta del todo incomprensible.
Al parecer, hace un año y medio aproximadamente, la clienta tuvo que renegociar su hipoteca por la disminución de sus ingresos, obteniendo una refinanciación que hasta la fecha ha cumplido escrupulosamente. Semanas después recibió una notificación donde se le comunicaba el inicio del proceso de reclamación judicial por parte de la entidad, algo que desde su oficina fue calificado de error.
Recientemente ha aparecido una nueva notificación anunciándole la subasta del inmueble ya que la titular tiene deudas pendientes con la Seguridad Social, un motivo que no alcanzo a comprender ya que en todo caso correspondería a este organismo iniciar la reclamación y no a la entidad financiera.
Paradójicamente el nuevo CEO de Barclays, Antony Jenkins, en enero de este año envió una misiva a todos sus empleados instándoles a actuar de forma ética, con la pretensión de referenciar los salarios de los mismos al cumplimiento de los valores morales. La carta contiene mensajes como “las instituciones financieras que no se comporten con integridad no podrán seguir teniendo éxito”, "ni se lo merecerían". Haciendo hincapié en cinco valores: respeto, integridad, servicio, excelencia y responsabilidad”.
Mientras tanto se tilda a la PAH ( Plataforma de Afectados por la Hipoteca ) de grupo cuasi terrorista por la presión que están efectuando a diversos políticos mediante el controvertido “escrache”. Así , desde el ministerio de interior se ha instado a los cuerpos de seguridad del gobierno ( que no del Estado ), que se dediquen a denunciar a los participantes en estos actos como medida intimidatoria y represiva. Los propios sindicatos policiales han manifestado su rechazo a esta ordenanza que trata de coartar la libertad de expresión.
Con una Ley Hipotecaria del pleistoceno y que recientemente ha sido deslegitimada desde Europa, ya que incumple la normativa europea desde hace 19 años, el Gobierno continúa ignorando una realidad que le obligaría a perjudicar a su amigos banqueros, que tanta gloria han llevado a nuestra nación, y centra todos sus esfuerzos en conseguir silenciar una injusticia sin paliativos.
El polémico escrache consiste en efectuar protestas pacíficas en torno a políticos para reclamar que actúen en un determinado sentido, la intención es que estos replanteen su postura que suele ampararse en una denostada disciplina de partido que les impide actuar con libertad, caso que tuviesen alguna intención de hacerlo ( es más efectiva la técnica del reparto de sobres, tipo Bárcenas ).
Con todo, este proceder no dista mucho de las técnicas que durante años se han efectuado por la empresas que se dedican al cobro de deudas, persiguiendo al deudor allá donde fuere para que la mera presencia del cobrador ( vestido de lagarterana ), delatase al resto de la sociedad su condición, perjudicando gravemente su imagen.
En este caso la deuda reclamada no es económica ( que también ) sino moral, una deuda contraída con la sociedad al ser un representante político , que como tal debiera defender los intereses de su ciudadanía , aunque parece que la mayoría de ellos solo defienden los intereses de importantes prestamistas, nacionales e internacionales.
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