domingo, 31 de marzo de 2013

Chipre condiciona el futuro

La desafortunada solución que el Eurogrupo ha decido tomar en Chipre va a tener una repercusión muy negativa en el futuro inmediato. Las ya anunciadas pérdidas en los depósitos bancarios superiores a 100.000 €, del 37,5 % más una retención del 22,5 %, han sembrado todas las dudas posibles respecto a la seguridad jurídica en el marco financiero de la zona euro.

Imponiendo pérdidas en los depósitos bancarios han conseguido que un problema que era insignificante para el tamaño de Europa, se convierta en una enorme complicación para los bancos pertenecientes a economías debilitadas, como es el caso de España, Portugal, Grecia, Italia, Irlanda o la mismísima Francia.

A partir de ahora obtener financiación para los bancos de estas economías va a resultar mucho más complicado. El primer problema al que se enfrentan es el más que posible cambio de fechas para hacer participes a los tenedores de deuda sénior en los futuros rescates, la normativa europea preveía implantar esta medida en 2018 pero ya se está barajando que se adelante al 2015.

Los grandes inversores, los que no pierden porque obligan al rescate de los países, acostumbran a tener este tipo de deuda. Con la perspectiva de poder empezar a asumir algún riesgo en sus inversiones, elegirán las entidades financieras más solventes y que tengan mayor porcentaje de capital para hacer frente a futuras pérdidas. La normativa europea impone unos requisitos mínimos del 9 % sobre activos ponderados por riesgo, más otra parte extra conocida como búfer.

El Banco Santander, por hablar del más importante a nivel nacional, posee aproximadamente un 13 %, cifra que siendo correcta se aleja mucho de los porcentajes de los bancos Suizos, Noruegos o Suecos , que rondan el 19 %. Los bancos británicos también pretenden imponer un porcentaje de capital no inferior al 17 % y al affaire Chipre va a acelerar inevitablemente el proceso. Esta misma semana muchos inversores internacionales han desviado sus contrataciones a Japón y EEUU , cancelando posiciones en Europa.

Lógicamente el coste de obtener financiación en los mercados se incrementará en base a estos porcentajes de capital, lo que encarecerá las emisiones de deuda de los bancos españoles respecto a los de otros países, más aun si tenemos en cuenta la cantidad de bonos soberanos españoles existentes en sus balances. Esto penalizará a la gran banca nacional, no quiero imaginarme la futura viabilidad de las nacionalizadas, parece que si tenían alguna remota opción de sobrevivir les han dado la estocada.

Otra forma habitual de obtener financiación es a través de los depósitos de los clientes, que hasta ahora se consideraban seguros. En realidad ya no lo son, por mucho que digan que Chipre ha sido algo excepcional, los hechos son irrefutables y la palabrería de los dirigentes europeos es de sobras conocida. De la noche al día cambian las normas que hagan falta sin la menor contemplación, esto podría incluir perfectamente a los depósitos inferiores a los 100.000 €, como se intentó inicialmente en Chipre.

En España ya tenemos muchos afectados que perderán parte de su dinero por contratar “falsos depósitos”, en un futuro no muy lejano puede suceder con los depósitos de verdad, lo que reduce significativamente las opciones de mantener a buen recaudo los ahorros.

Se puede invertir en divisas ( francos suizos, coronas noruegas o suecas, dólares, libras esterlinas…etc) pero supone una inversión con riesgo, ya que la fluctuación en el cambio provocará ganancias o pérdidas. Sucede algo parecido con los fondos de inversión, solo los garantizados ofrecen un compromiso de rentabilidad pero no son líquidos, las opciones de inversión que seleccionemos siempre presentan algún riesgo. Solo algún fondo que invierta exclusivamente en repos podría otorgarnos un mínimo de seguridad , aunque tampoco es descartable que los pactos de recompra se incumplan y dejen de ser un instrumento de inversión casi sin riesgo.

En fin, a partir de ahora todos deberemos tener un perfil de inversión con riesgo, no es urgente ni inminente, pero el camino está trazado y la inseguridad, por la mala praxis y los cambios de normativa imprevisibles, nos abocan a un nuevo escenario que no ofrece alternativas.

Fuentes: www.reuters.com,wwww.ifre.com



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